Carta a un aficionado

Si entonces tú,

amigo del alma,

que no sólo te refugias en pasado

e ingratitud,

que no temes el efluvio maldito de la vanidad,

ni a tus oscuridades, ni a sus testigos.

Si entonces tú,

que disfrazas esos tesoros de tus talentos,

convirtiéndote en un soberano de la codicia

prometiendo el cielo.

En otras vidas,

amigo del alma,

habrás errado, tripulado, anhelado …,

cuando

invitando a cenar al amor,

devuelvas lo que tanto ansiabas,

ya ni olvidarás que lo importante

siempre

es y será crear,

y más aún, creer.

5 comentarios en «Carta a un aficionado»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *