Carta a un aficionado

Si entonces tú,

amigo del alma,

que no sólo te refugias en pasado

e ingratitud,

que no temes el efluvio maldito de la vanidad,

ni a tus oscuridades, ni a sus testigos.

Si entonces tú,

que disfrazas esos tesoros de tus talentos,

convirtiéndote en un soberano de la codicia

prometiendo el cielo.

En otras vidas,

amigo del alma,

habrás errado, tripulado, anhelado …,

cuando

invitando a cenar al amor,

devuelvas lo que tanto ansiabas,

ya ni olvidarás que lo importante

siempre

es y será crear,

y más aún, creer.

¡Adiós, fantasía mía!

Walt Whitman (Versión de Agustí Bartra )

¡Adiós, Fantasía mía!
¡Adiós, querida compañera, amor mío!
Me voy, no sé adónde
ni hacia qué azares, ni sé si te volveré a ver jamás.
¡Adiós, pues, Fantasía mía!

Déjame mirar atrás por última vez.
Siento en mí el leve y menguante tic tac del reloj.
Muerte, noche, y pronto se detendrá el latir de mi corazón.
Durante mucho tiempo hemos vivido, gozado, y acariciado juntos, en deliquio.

Ahora hemos de separarnos. ¡Adiós, Fantasía mía!
Pero no nos apresuremos.
Largo tiempo, ciertamente, hemos vivido, dormido, nos hemos
mezclado el uno con el otro.

Si morimos, pues, moriremos juntos (sí, continuaremos
siendo uno),
si vamos a algún sitio, iremos juntos a afrontar lo que ocurra:
quizás seremos más libres y alegres, y aprenderemos algo,
quizás me estés ya guiando hacia las verdaderas canciones,
(¿quién lo sabe?),
quizás eres tú el mortal pomo de la puerta que deshace, gira…
Finalmente, pues, te digo:

¡ADIÓS! ¡SALUD, FANTASÍA MÍA!

CIELO A MI AGUA

Caricias que fueron huérfanas

y en tus labios

no se arrepienten.

Cielo a mi agua,

luz a tu fuego,

Sensación que embriaga 

como el viento 

hacia el suspiro en tu ramaje.

Te debo el poder de una canción 

entonando mi rutina.

Toma del temblor 

mi ternura que cristaliza

ahora

sin el desvelo de algún ángel

cuidando de no volver abrir

la cuita del lobo.

EN OTRO AYER

Poesía recitada

Te debo el poder de una canción 
entonando mi rutina.

Toma del temblor 
mi ternura 
que cristaliza
ahora
sin el desvelo de algún ángel
cuidando de no volver a 
abrir la cuita del lobo.


Nada es tan frágil 
como la oscuridad latiendo 
sin soltar tu apretada piel,
gruñido alterado del pez 
que desciende a las profundidades 
sin temor a resbalar 
en otro ayer.


POLVO VIEJO Y DERROTADO


Permanecen los significantes destellos de luz

Que al amanecer fusilan todo sinsabor.

Vacilan en otros lugares, en otro tiempo,

Las tormentas 

Un sigiloso recuerdo

Respeta el gris acontecer de tu vileza dormida.

Fueron colillas las que enturbiaron

Tu ansioso tiempo mientras que apagabas otro y …

Y otro de tus cigarrillos …

Añorando mirar hacia el lado opuesto. 

Desde entonces…

A los bosques los llamaron desiertos.

A los gentiles prados:

Polvo viejo y derrotado.

MODESTO PLATÓN

MÁS ALLÁ DE LOS SUEÑOS

El mar vencía a la noche en su silencio.

No agonizaban los sueños,

ni las cabezas cortadas en jubilosa danza.

No paseaban ya las gigantes hormigas llevándose los frutos que caían con el viento.

No.

No había ni tormentas ni vapor,

solo ramas que descendían

con una brisa a su favor.

No quedaría tu piel posando sin armas ni pecados,

más que los tuyos, mujer.

Ansiabas la oscuridad para cerrar los ojos.

La voz solo latidos.

Tu risa una alargada sombra.

Si pudieras…

Besar el jardín más amable de la esperanza oliendo a madera tejiéndose …

Y su único destino ahora…

cerrar su cama y poder partir a la mañana.

Eva necesita una playa en su sigilosa muerte, donde reine la luz,

donde el azul obedezca al miedo atado y dominado por las olas;

donde el amor no invente

sin razón, algún dolor y,

construya placeres escondidos en la cueva

de los instintos.

Se abre la imagen al deseo.

Si supieras… entender su gozo,

sorprender su reposo.

Su alma no quedaría oculta

ni los sueños volverían a dormir.

Ahora desvestía al día un espacio de fuga

y más amaneceres de huida,

colmados de estrellas,

que del pasado desvelan calor.

Es verano y calla el sol.