Poesía recitada
Te debo el poder de una canción entonando mi rutina. Toma del temblor mi ternura que cristaliza ahora sin el desvelo de algún ángel cuidando de no volver a abrir la cuita del lobo. Nada es tan frágil como la oscuridad latiendo sin soltar tu apretada piel, gruñido alterado del pez que desciende a las profundidades sin temor a resbalar en otro ayer.
¡Qué maravilla, Eli!
Sigue😘