BLOG

La NORMA

La norma.

Mi verdad infinita ahogada en un pequeño vaso de licor,

sigue

y no puedo contemplar más esperanza que la del olfato al espacio en una naturaleza muerta.

Una hermosa corona de lazos,

casi con todos los colores existentes,

posa sobra la cabeza de mi caballo.

Un trota, caballo, trota, aunque se paraliza ante la norma.

Roto, confundido, cabalga ahora.

Pisa fuerte y abandona su imperio no conquistado. La ilusión de quien espera.

Trota el caballo.

Trota.

Mahler

Carta a un aficionado

Si entonces tú,

amigo del alma,

que no sólo te refugias en pasado

e ingratitud,

que no temes el efluvio maldito de la vanidad,

ni a tus oscuridades, ni a sus testigos.

Si entonces tú,

que disfrazas esos tesoros de tus talentos,

convirtiéndote en un soberano de la codicia

prometiendo el cielo.

En otras vidas,

amigo del alma,

habrás errado, tripulado, anhelado …,

cuando

invitando a cenar al amor,

devuelvas lo que tanto ansiabas,

ya ni olvidarás que lo importante

siempre

es y será crear,

y más aún, creer.

¡Adiós, fantasía mía!

Walt Whitman (Versión de Agustí Bartra )

¡Adiós, Fantasía mía!
¡Adiós, querida compañera, amor mío!
Me voy, no sé adónde
ni hacia qué azares, ni sé si te volveré a ver jamás.
¡Adiós, pues, Fantasía mía!

Déjame mirar atrás por última vez.
Siento en mí el leve y menguante tic tac del reloj.
Muerte, noche, y pronto se detendrá el latir de mi corazón.
Durante mucho tiempo hemos vivido, gozado, y acariciado juntos, en deliquio.

Ahora hemos de separarnos. ¡Adiós, Fantasía mía!
Pero no nos apresuremos.
Largo tiempo, ciertamente, hemos vivido, dormido, nos hemos
mezclado el uno con el otro.

Si morimos, pues, moriremos juntos (sí, continuaremos
siendo uno),
si vamos a algún sitio, iremos juntos a afrontar lo que ocurra:
quizás seremos más libres y alegres, y aprenderemos algo,
quizás me estés ya guiando hacia las verdaderas canciones,
(¿quién lo sabe?),
quizás eres tú el mortal pomo de la puerta que deshace, gira…
Finalmente, pues, te digo:

¡ADIÓS! ¡SALUD, FANTASÍA MÍA!

CIELO A MI AGUA

Caricias que fueron huérfanas

y en tus labios

no se arrepienten.

Cielo a mi agua,

luz a tu fuego,

Sensación que embriaga 

como el viento 

hacia el suspiro en tu ramaje.

Te debo el poder de una canción 

entonando mi rutina.

Toma del temblor 

mi ternura que cristaliza

ahora

sin el desvelo de algún ángel

cuidando de no volver abrir

la cuita del lobo.

EN OTRO AYER

Poesía recitada

Te debo el poder de una canción 
entonando mi rutina.

Toma del temblor 
mi ternura 
que cristaliza
ahora
sin el desvelo de algún ángel
cuidando de no volver a 
abrir la cuita del lobo.


Nada es tan frágil 
como la oscuridad latiendo 
sin soltar tu apretada piel,
gruñido alterado del pez 
que desciende a las profundidades 
sin temor a resbalar 
en otro ayer.


Condúceme

Avísame

Cuando los ríos lloren otra canción.

No me atormentan los días

Ni las horas, ni el caminar cruzando charcos..

Sólo detengo el momento,

Con cada rosa marina posando en mi recuerdo,

Hilando dulces tragos.

Volaré, cuando la efímera luz se muestre

Con alas coloridas

Fugaces ante los miedos…

Observando su bondad entre mis dedos.

Condúceme..

Llévame por la senda hasta un mar

Desde vestidas olas de blanco
Con mi latido en las nubes,
Dónde navegue imparable y me acompañe la luz.